Mundos sumergidos en mentiras

Mundos sumergidos en mentiras

lunes, 2 de diciembre de 2013

Extrañas y peligrosas aventuras.

 
Arcàpholus está con Javierus, esperando sobre la superficie del agua.
El esplendor de Venecia , sus calles y plazas en un funesto y sombrío pasaje de la historia.Aquella ociosa nobleza mezcla de vicios y virtudes de una difícil época, ahora, sumergida en el océano.
Y Elodio se encuentra en la prisión donde fué torturada en un pasado y desea rescatar datos para ubicar el paredero de su hijo.
Entre laberintos y pasillos, ubica la cámara de torturas; ella rastrea indicios del anciano y recorre braceando , lo que fueron prisiones.
Sigue registrando y encuentra la escalera que la conduce a los techos del palacio y a poca distancia una figura de blanco esplendor la espera. Larga barba blanca, sus manos se hallan apoyadas en sus rodillas. Se entreveia las larguisimas uñas que miden mas de 50 cms cada una. Eran uñas transparentes como escamas y brillaban bajo el agua. Sus pies eran largas raíces y no pueden distinguirse los dedos y uñas y las piernas eran extensas raíces que daban vueltas por largo y ancho y se entremezclan  una y otra vez.
Elodio lo saluda con la mano y él responde con una sonrisa.
Sin emitir sonidos por la mirada le transmite que la estaba esperando. Ella asintió y le pregunta, sin sonidos , donde estaba su hijo.
El sabio puede ver el instinto de madre, volcada en la mirada y en las manos, el alo de vibración es muy alto y el agua a su alrededor es un continuo temblor creando circulos.
 El anciano la mira profundo a los ojos y le acerca mentalmente el circuito exacto, del paradero de su hijo.
Las manos  de él , también hablan dando al conjunto de silencio y pensamientos, la fuerza 
de  confianza y exactitud de la referencia que transmite.
Siente Elodio pena por  Venecia y tiene la convicción que volverá a cumplir nuevas misiones.
 Hay una rueda en el Cosmos y es allí donde se hilan en continuidad, las tramas de los destinos.
Los destinos son designios, emblemas que cada alma va urdiendo y surgen inalterables caminos .
El Sabio Anciano le entrega un pergamino lacrado.
Es un salvoconducto que rige las distintas dimensiones, sin el, no puede franquear los portales  y rescatar a su hijo.
 Le informa el  Anciano que un incierto y expectante momento aguardan y debe perseverar.
-Llegará ese momento indicado y recurrirás a tu instinto; no te dejaré sola, dijo el Anciano ahora con palabras.
En estos momentos traslado mi cuerpo y sé que el éxodo de Venecia, se cumplió en perfectas condiciones y ahora estan resguardados los intereses primordiales de la lucha en otro sitio en el Universo.
Abandona el sitio y desaparece.
 Elodio  se zambulle y retorna por las galerias y pasillos que conducian en un pasado, a las prisiones del Palacio del Duque, para consultar los momentos y vivencias , en el encierro.
Braseando se ubica lo que fué una de las torres del Palacio y con certeza sabe que está frente a una amenaza, porque la mirada de Oícaro le transmitió que la venganza era el próximo paso que dará.
Brota en el interior de su ser una inquietud y  presiente que no se equivoca, porque se dirige directamente a la superficie del mar donde la espera Javierus en su galeón y Arcàpholus su corcel.
Donde ha comenzado esta situación ? donde? y porqué.

Su cuerpo está engalanado con piezas de metal transparente y la superficie pulida . Su cuerpo se trasluce bajo la vestimenta y es diáfana su figura.
Se encarama y toma las cuerdas de las velas; se sujeta y sube a la canasta donde el vigia se encuentra en su puesto de observación. Desde allí los rayos solares la iluminan y destellos expele y orientan su ubicación.
La  tripulación observa a esa mujer como una diosa que embelesa por su belleza.
  Y con lágrimas en los ojos, Elodio dirige la mirada al espacio y nadie ni nada podrá impedir su búsqueda y luego bajo las luces de cientos de soles, desplegó el pergamino para que el Cósmos decrete  y el avance sea autorizado ;  el motivo que sacude su ser es encontrar a su hijo.
Pero en ningun momento quedan turbados sus sentidos aún frente a las incertidumbres.
Y Javierus, da la órden de zarpar las naves con el rumbo que el Pergamino tiene escrito con letras de extraña tinta roja.
Las naves sin que necesitaran una guia, comenzaron a moverse todas al unísono. La flota se desplazan con firmeza y pasan a otro plano; las formas terrestres quedan separadas por una  nebulosa. Esas dimensiones son las más cercanas a la tierra, pero a medida que las naves se alejan, cuantiosos cortinados de nebulosas se expanden como fondo del escenario.
La grandeza de sus sentimientos y la ferocidad azotan el alma de Elodio.
Las vestiduras se fueron transformando sacando a luz maravilloso ropaje, botas de plata bruñida tiene en sus pies y sus cabellos de oro se despliegan  acariciados por la brisa cósmica. En su firme mirada, las lágrimas eran perlas que sucumben en su garganta de cristal;  sus labios de coral dejan entreveer la misión por su rictus de ira.  De su cuerpo, emana un dulce perfume mezcla de Ambar y Almizcle.
Y erguida Elodio está en el canasto visualizando las dimensiones y se yergue su figura en perfecta linea dejando ver sus pechos que se amplian a cada respiro y esa fortaleza la desenvaina con la espada dando punto crucial a quien la observe desde otra dimensión y sentencia a quién manifieste la injusticia de haber malogrado la vida de su hijo.
Sabe que esa rigurosa sentencia queda sin misericordia y la cumplirá.
Eso lo sabe Javierus.
La empresa será sangrienta.


La Blástula de Elodio es un arma poderosa que no necesita el manejo de su dueña.
El impulso y fuerza la transmite  desde su cerebro y el metal de la mágica arma se desplaza combinado fusion. La mente se ensambla , es una sola pieza; Mente y Blástula.
La Blástula, de un metal transparente, la elaboraron los dioses del Universo y tiene un implemento sobrecogedor: un abanico.
Sorprendente arma, veloz, desconcertante con ojo visor en sus extremos.
Esta mortal arma se halla escondida en un lado lateral de la blástula que al impulsar con velocidad , el movimiento y el arco del cuerpo, del brazo , en ese momento despliega como alas sus mortiferas dagas e impulsadas , salen al unísono sobre el cuerpo del enemigo.
La Blástulo esconde aún  otros implementos.
Lanza lineas de fuego y hielo al unísono. Esas finas lineas cruzadas de fuego ardiente con el hielo,  lo rasga los cuerpo atravesando e introduciendo espasmos y ese cuerpo se enerva y toma la forma de una curvatura hasta quebrarse.
Cantan los tripulantes, contentos por la nueva batalla que viene en camino.
Corren los placeres del alcohol y eso enerva los ánimos hasta el paroxismo.
Javierus observa y sabe que ese comportamiento de sus navegantes, solo es para darse ánimos y esas fuerzas las necesitan.
Observa a Elodio que con su transparente vestimenta y las luces de los soles de otros universos la hacen resplandecer más.
Todo ese tiempo, Elodio grita y espera contestaciones del Universo Mayor, donde se encuentran los datos que absorbe de la gran variedad de Dioses que gobiernan cada partícula y cada aliento de vida o no.
Ese Universo que todo lo oye, que todo lo ve acerca a quienes decretan con el espíritu abierto y que dejan entreveer fuerza interior.
La fuerza de espiritu, no se doblega ante fuerzas superiores, cuando tiene determinación que encaja con su lucha, emoción y obstinación.
Esas fuerzas son las que llevan a los Universos a organizarse.
Elodio se encuentra en el galeón de Javierus que se desliza con certeza a un punto.
Blande Elodio, subida al canasto del navio , el Pergamino, salvoconducto para filtrarse legalmente y eso le garantiza que fuerzas externas a los navios de Javierus, reciban mensajes de luz y acudan protegiendo esas alianzas que solo el Cosmos sabe quienes son.
Los navios entran en un Universo desconocido, con penumbras, de nebulas en los tonos de grises , negro y cascadas de nieblas plomizas y los destellos son simples y fugaces luces que hierven y dejan escapar pequeños círculos que se desprenden y revientan ; salen vapores de cada pequeña erupción y vuelven a formarse una y otra vez. Da la impresión de petrificaciones que se acumulan y llegan a alturas considerables dificultando la navegacion.
En toda esa dimensión , se ocultan las verdades, es por eso que las presiones de las nébulas y los tonos que escupen de su interior son anunciantes del gran poder.

Estas expulsiones de interiores putrefactos , ahora comienzan a escupir sangre.
Gotas de sangre que al unísono cada gota se desparrama sobre la gris bruma, salpicaduras del brillante y sagrado líquido.
Elodio observa el  color de chispas rojas y el presagio encoje su alma hasta el infinito, temiendo que la roja salpicadura, sea la sangre de su hijo; Javierus sospecha que alguna trampa está al acecho.
Y le revela a Elodio , su afirmación de que no deje de lado su objetivo; que no ablande su espiritu porque una celada esconde este dramático escenario; Elodio oye este misterioso mensaje y asiente con la cabeza.
Continuan las naves con el sagrado camino que Elodio tiene en su corazón , un rumbo con determinación, que nada elude.
En un momento determinado, la nave de Javierus , comienza a temblar y sacudirse con fuerza.
Lo que en un principio tiene una ubicación en esos momentos lo de abajo se ubica arriba y viceversa.
Ahora las gotas caen como lluvia y Elodio recibe sobre su armadura transparente, la sangre que se escurre encima de la vestimenta , su rostro y cabello.
La exasperación de esta escena deja sin fuerzas a Elodio que ya no oye los gritos de advertencia de Javierus y entra ella , en pánico.
El pavor que recorre su interior es un reconocimiento de que el encuentro no es lo que ella espera.
Y es asi. porque  frente a la nave, el cuerpo suspendido del mismo espacio , boca abajo y ensangrentado de Kümarag, con los labios abiertos, desencajados del dolor; cientos de aberturas en su cuerpo sangran;  y salpican las nebulosas al resbalar,  caen dentro de una enorme copa de cristal que esta derramando el sagrado liquido . Rebosante de la vida de Kümarag la copa muestra su contenido. 




Con este salvoconducto, pèrgamino lacrado, el navio de Javierus se desli




viernes, 8 de noviembre de 2013

Conspiración y Espera...

El cuerpo del Sultán en una brutal y violenta tortura está en un crítico momento .
Casi al borde de la muerte espantosa que solo llega a vislumbrar la mente perversa de Oícaro.
 
Pero la siniestra persona del malvado personaje solo quiere prolongar hasta el último aliento y llevar la imágen del martirio  frente a Elodio y expulsará su ira blandiendo el cuerpo de Kümarag colgado en su galeón de uno de los palos de velamen.
 El  cuerpo colgado de los brazos con dos cadenas en cada pie y amarradas a una vieja ancla en la borda.
 Su rostro permanece en una actitud dimensional, divina.
En el poder de su mente, está la fuerza y esa energía es la imágen de su amantisima madre.
Sus ojos están entrecerrados.
Oícaro maltrata a un inocente y esa fiereza existe solo en los cobardes que ante la mansedumbre se torna aún más violenta.
Estas actitudes llegan al Cosmos a la perfecta ubicación desde donde se imparten oleajes de seres que admiten ser mensajeros de una sola verdad.
Es una poderosa riqueza que tiene vibraciones y sonidos y esos ricos presentes caen con potencia.
En otros niveles,  existen  fuerzas, que como ventarrones poderosos  bloquean las súplicas y el arrepentimiento.
Donde los seres que equivocan y distorsionan las leyes de la naturaleza cósmica caen en aflicciones y océanos de lágrimas y aún así no se les conceden gracias.
Se abre un vacio de inerte energía que es la verdadera muerte.
En esa oquedad, allí se encuentra lo que se denomina: La Muerte.
 Manos que suplican limosna y ellas sugieren que la vil fuerza del poder y codicia se encuentra en esa actitud mental.
Kümarag supera el nivel del dolor y su mente levita junto con su cuerpo sin que nadie percate este trance.
Horror y Sangre.


El cuerpo ensangrentado del joven Sultán es la imagen del dolor, sin lágrimas y en total quietud; su vestimenta que fué de brocado e hilos de oro, ahora son  jirones pero su esplendor no son sus ropajes sino su heroica resistencia.
El trofeo está preparado y la sangre bulle fresca.
Todo está a la espera de la aparición de Elodio. Espolean el cuerpo de Kümarag con pinches de hierro retorcido,como un juego entre la vil tripulación, clamando más abatimiento al  cuerpo torturado.
Para Oícaro es el emblema soberbio que en el muelle de su navío se despliega el símbolo alegórico de su triunfo.
Entre fiesta y regocijo el navío está cruzando la celestial dimensión y rechina al atravesar con sus navios averiados y desbastado por las iras.
Chirrian los navios y rompen barreras invisibles que arrollan embistiendo lo que fuere, incuestionable o velado.
Y se halla como un pedestal la sufriente imágen,como una estátua de blanco mármol; esa es la esfigie vívida del Sultán.
Ruines hombres, se encapuchan y con amplios mantos que cubren sus cuerpo, someten con más castigos; ensañados  descargan sus viles fracasos.
Oícaro de presencia robusta y encorvado, mezcla de vicios e instintos brutales, observa complacido. Desdeñoso, su solo propósito es colapsar los sueños de los seres vivos o de otras dimensiones.
Parte del rostro está quemado y a eso se le atribuye el uso continuo de la máscara de hierro.
Los galeones del siniestro ejército de Oícaro van desplazandose por las dimensiones,  con el cuerpo de Kümarag, izado como emblema de supremacía y dominación .
Sin embargo un interminable batallón celestial se forma como nubes sopladas por soles;  y un arco iris de magníficos e iridicentes tonalidades jamás imaginadas por la mente humana se extiende, agrandando sus terminales coloridas como serpientes voladoras.
Dominan todas las dimensiones y buscan espacios y vacios, vibraciones o sonidos.
Regurgitan lenguas de fuego y esos arcos se continuan deformando y embistiendo todo a su paso.

Oícaro llega a la carroza del galeón, lugar donde se reunen los importantes personajes de los navios, buscando la cabeza de su enemigo,confinado en un recipiente
  y le pregunta:
Dime encarnizado enemigo, donde está el dolor de Elodio escondido?
A lo que Rakabrül  le responde, - es lógico que en la sangre de su hijo...recolecta cuanta puedas en un recipiente transparente , una copa que con los rayos de los soles, los primas se cuantifiquen y eso atrae y debilitará su instinto y continua diciendo, el poder de toda mujer está en el instinto maternal pero tu tienes la llave para dejarla a Elodio , sin fuerzas.
Busca Oícaro la copa que está guardada para eventos especiales, es de cristal.
 Y sale a la borda.

Y Oícaro, llena la copa con cada gota de sangre que por el suplicio vierte el cuerpo de Kümarag.
La copa se llena y busca el malvado luces de soles distantes para que los primas del cristal centelleen en el espacio.
En su ávida locura, Oícaro olvida las experiencias adquiridas.

Vuelve a la carroza del galeón, Oícaro con la copa hasta el borde de la sangre.
Suspenso y agonía.
Sin distancias, sin tiempos, Elodio enfrenta un desolado planeta.
Venecia se halla bajo las aguas sin embargo...

Javierus toma a Elodio en sus brazos y le infunde calor y esperanza.
Acaricia sus cabellos y seca las lágrimas con el pliegue de su capa.
Han detonado sonidos. Es la llegada de un ejercito de almas;  y a Elodio se le entrega un pergamino con los datos de la ubicación de su hijo.
Son esas tempestades que ocasiona el Universo, que transportan espiritus iluminados con mensajes. En un pergamino con lacre, está la exacta ubicación de su hijo.
Le es entregado en sus manos, ahora su rostro  resplandece con brillante de emoción.
Javierus le besa los sedosos y rubios cabellos.
Pero ahora ella debe tomar una drástica resolución.
Esos océanos que enfurecidos en tormentas que no tienen dirección en su oleaje, hay pueblos, civilizaciones, bajo la profundidad donde ella debe descender.
Aún se hallan despojos humanos y las fuerzas del oleaje las reparte por doquier. 
El inmenso poder de la naturaleza, deja solo ruinas de lo que fueron en otro tiempo, ambiciones.
Elodio se introduce el el enfurecido océano, buscando en su memoria, hechos vividos en Venecia.
Columnas sumergidas, estatuas , palacios hundidos entre rocas y algas.
Elodio busca una premisa y su mente está en la búsqueda de quién  estuvo en la prisión y le dejo frases con profundo contenido . Bracea bajo las aguas y se introduce en el palacio del duque y sus brazos se mueven siguiendo la dirección de la escalera . Fué cuando la llevaron a la prisión y fué torturada.
Ella enfurecida logro ver un anciano cuyas piernas eran largas raices que se extendian hacia longitudes interminables.
Recorre con atencion, mientras nada con ese encanto que solo una sirena tiene.
Llega a la prisión y a la camara de tortura.
Los elementos que se empleaban para las torturas aparecen aferrados a los corales y rocas, formando piezas en una sola masa.
Hace el recorrido exacto y en su mente está la imagen del anciano

Ahora hay una Conspiración.

En breves dias, otro capítulo de :

 

sábado, 19 de octubre de 2013

Torturas con cadenas y fuego

Sangre y Destino de Kümarag, el Sultán.

Kümarag es azotado con cadenas y su espalda sangra.
Las gotas caen sobre la bóveda celeste de la dimensión por la que avanzan; el galeón de Oícaro está a la vista.
Espantosa e imponente es la figura del malvado de la máscara de hierro.
El silencio de la sangre es tan profundo como el dolor y las gotas se van uniendo y forman un sendero que se pierde en el infinito.
Mientras avanzan hacia la nave, las cadenas oxidadas se agitan sobre el cuerpo de el Sultán y es tal el ruido que los tripulantes de la nave maldita se asoman y vitorean a viva voz.
Suben a la nave y el malvado hace traer al prisionero.
Siente la gran satisfacción que esa imagen es la que verá su madre y es su venganza.
No puede olvidar el furor de ser derrotado.
 Luego de mirar con desprecio el cuerpo de Kümarag pide a su maestre que sea colgado con cuerdas de los brazos y tengan el cuerpo suspendido en esa posición hasta que el decida que hacer.
Los centinelas del Sultán , ahora son estatuas de mármol que iluminan como cuarzo en lugar donde se halla el Sultán.
En el galeón ,  Kümarag es colgado de las muñecas. Con los brazos  arriba, lo suben con cuerdas y lo atan a la madera que sostiene la vela mayor;  con la cabeza gacha y sus cabellos ensangrentados caen sobre su rostro empañado en sudor.
Su cuerpo está suspendido con una gruesa maroma
La risa de Oícaro resuena; y ordena que continue la tortura echando sal sobre las heridas y que sus pies sean atados a una piedra de gran volumen.
El martirio no termina...

Comienza 
 
 
 
 

martes, 15 de octubre de 2013

Las torturas al Sultan Kümarag.


Nuevas rutas y Javierus tiene  adelante otro desafio. 
Los Doulkëes resguardan las vias de los Archipiélagos  donde  navegan, los galeones de Javierus.
El Capitán en el timón  imparte órdenes; los vientos y oscuridad del Cósmos es variable y  el final del Universo comienza a consumirse a exacta distancia de soles extinguidos.
Dominar la nave en estos círculos que actúan como temporales, es una experiencia adquirida y él confía en sus hombres valerosos que capitanean  las otras naves; tienen  experiencia con los torbellinos;  son rafagas iridicentes  con el poder de fustigar todo elemento desconocido .
La energía de soles que emiten gases y otros fluídos descompensan el avance a una dirección.
Hay zonas en las que estas ventiscas arden y resplandecen con el roce de los galeones que al avanzar dejan estelas y a los navios siguientes los hace trastabillar. Algunos llegan a perder el rumbo del galeón que capitanea Javierus .
El espacio va abriendo su camino que se convulciona ante la llegada de nuevos participes en la lucha dentro de un Universo .
Es en esos momentos que Javierus busca con la mirada a Elodio y observa que su cuerpo tiembla.
Comienza a contorsionarse; Javierus le ordena a su contramaestre que tome el timón mientras el se acerca a Elodio.
.- Os hace falta algo señora? solo dime en que puedo ayudaros a lo que ella no responde, como si no escuchara su voz.
Su mirada está perdida y en esos momentos su  conciencia se nubla y pierde el equilibrio.
Javierus la asiste y le acomoda la cabeza.
Poco a poco ella despierta y comienza a mirar con asombro todo lo que la rodea.
Balbucea palabras en tono muy bajo . La tripulación está atenta al acontecimiento.
Elodio con ayuda de Javierus endereza su cuerpo y camina hacia la balautrada.  Se acerca a la baranda del galeón y sorpresiva es su actitud pues el cuerpo de Elodio cae al vacio, hacia la nada.
En la desesperación Javierus intenta socorrer a Elodio y  arroja una cuerda para que ella pueda asirla. 
Pero Elodio  se niega ; y su cuerpo gira en el espacio alejandose.
Javierus angustiado ordena  bajar la velocidad y la nave navega en círculos  en forma de espiral para conseguir detener el cuerpo y no se pierda en el infinito.
 
En su mente, Elodio recobra la memoria. Su rostro refleja exasperación ;  sus manos se elevan y reclama protección.
De su garganta sale un alarido, un llamado de dolor y el nombre de su hijo es como el rugido de una leona.
No sabe su actual nombre;ella recuerda que lo alimentaba y  adormecia, murmurando el nombre de Emperador.
Ahora desconoce donde se halla; porque Elodio se hallaba en luchas;  batallas en Venecia contra el enemigo Oícaro y luego en otras dimensiones del Universo.
Enemigos e insospechados fantasmas del pasado.
 En su caída el cuerpo gira sin  dirección y la voz angustiada de Javierus para detener el cuerpo de Elodio es lo que ahora acontece.
Ella con su mirada clama ayuda, en su pensamiento está la imagen de su hijo y la intuición le crea dudas porque ella es una luchadora pero también es madre.
En ese espacio del Universo, nada existe que contemple datos del cerebro; este presente es impasible y más aún flotando en el vacio.
No hay dirección y ahora su mente es imperturbable, fría.
El espacio es  gélido y sin luz.
Javierus conoce ese trance y  con el timón en sus manos, le comunica por señas a su contramaestre que efectue una maniobra y alcanzar a Elodio es su afán.
Ante ellos una oscuridad circundada de extrañas formas de niebla anuncia un nuevo espacio que con movimientos se sumerge a si mismo.
Una espiral de oscura y gris niebla que en su centro aspira con fuerza su propia creación.
Es el proyecto de una nueva dimensión que en su inicio tiene un comportamiento caprichoso.
Es difícil hablar de tiempo cuando no existe.
Es una intención iniciada para poder llegar a un ambicioso arquetipo.
 Una máquina de energía , un azote profano para convertirse en un nuevo Universo, luego de sus distintas etapas.


No sabe Elodio que el sitio donde estaba guarecido su hijo, las fuerzas de la naturaleza dejaron solo destrucción en la tierra;  el pequeño se halla en otro espacio lejano ;  seres superiores lo rescataron.
 Estos elementos fueron conferidos a la profundidad del mar con esa especifica misión , rescatarlo y ahora está a salvo en un refugio del Universo.
Maestros del máximo nivel de Luz, le dieron enseñanzas de sublime lealtad.
Pero Elodio nada sabe de la era catastrófica del planeta; su angustia está dirigida a estar con su hijo.
El tiempo en la tierra ha pasado y las ruinas ahora son  el murmullo de antiguas civilizaciones.
Cambios climaticos dramáticos y los pocos humanos ahora viven en condiciones espeluznantes y se apegan a la vida en escondrijos. Son cuevas en las altas montañas. Cumbres húmedas , resbalosas y con vestigios de vida marina que surgieron de la profundidad de los océanos que ahora no existen.



Es Elodio, un jugueteo en medio de la nada.
Y ante los ojos de todos y en medio de una vorágine de nieblas que aspira hacia su centro y  va girando cercana a los anillos de niebla.
 Elodio corre  peligro .
Este remolino se engulle a si mismo y en el centro se divide en millones de núcleos;   cada uno es un sol que al instante ,  estallan  creando su propia energía. Se alejan los soles y arrastran partículas de diversos tamaños con materias, fluídos y gases.
Se acerca Elodio a lo inevitable y surge de la nada, entre nieblas que se iluminan al paso   un corcel blanco que se acerca a ella
Aquel corcel que escapó de la prisión al que lo sometió Oícaro . 
Es un hermoso caballo que modifica de colores al traspasar las fronteras de cada universo;  y ahora es níveo, blanco puro.
Su cuerpo es alado y toma la dirección de Elodio y queda flotando bajo ella. Sus alas de maravilloso plumaje aletean en un Universo oscuro.
Elodio abre suavemente sus hermosas piernas y entrelaza a Arcàpholus, el córcel.
Javierus y su tripulación al observar la escena, dan un grito de alegría.
Arcàpholus con sus colosales alas blancas se aleja.
Ambas figuras unidas es un conjunto de majestuosas proporciones y en el espacio se alejan .
Javierus los escolta con toda su milicia.
El destino ulula en el Universo que desconoce ese tropel de personajes , navios y trepidantes incertidumbres.
El blanco palafrén y Elodio cabalgando en las inmensas oscuridades iluminan el sendero dejando huellas perladas.
Se deja transportar porque Arcàpholus se dirije al sitio exacto y ella lo sabe.




Kümarag :
                 se acerca a Oícaro, sin temor.
Soldados centinelas guardan su espalda.
La luz envuelve su hermosa figura y levanta sus brazos con sus manos hacia arriba.
De sus manos, rayos de luces se esparcen en el espacio.
Oícaro lo deja acercarse. Su mente está nublada y no vé que las proporciones de sublimes ondas  cada vez son mayores.
Siendo que el espacio es silencio de pureza ahora se engalana con oscilación de suaves meneos al paso de Kümarag.
El hijo de Elodio tiene en su mente , encontrar a su madre. Este fortuito hecho no descompensa su voluntad. El sabe que los actos y pensamientos están encadenados con firmeza y exactitud.
Pentagramas muestran reveses y los sonidos se descomponen aún en el silencio, porque hay espacios en las distintas dimensiones, que el sonido se detiene y vuelve a rugir cuando hay cláusulas que determinan que en una nueva extensión del espacio se abren  los códigos exactos y planificados.
Ahora rechinan las vibraciones ondulatorias y los centinelas advierten que Oícaro tiene en sus manos argollas oxidadas y las oculta.
Los centinelas avanzan y se colocan frente a Oícaro.
Kümarag se detiene y observa.
Pero todo está programado por el malvado de la máscara de hierro y en ese momento;  que ocupados los centinelas con la persona de su Sultán, dos infames seres a la orden de su capitán, rompen el escuadrón y se arrojan sobre el cuerpo del Sultán .
Con las manos en la espalda, sin defenderse le colocan los eslabones de hierro oxidado alrededor de sus brazos.
Los centinelas toman la determinación de no avanzar y no poner en peligro la vida de su Rey.
Las enseñanzas de luz de sus Maestros , yacen dentro de su ser.  En este momento  el percibe abandonar la idea de defenderse, de quién dice ser su enemigo..
Clamores de triunfo, el hijo de Elodio está en manos de Oícaro y la villana tripulación celebra con alaridos.
Con varas de hierro golpean su espalda y despedazan sus lujosas vestimentas, dejando al descubierto el cuerpo.
No se queja mientras sus pies avanzan al suplicio que tanto añora Oícaro para demostrar a Elodio su furia.
 Los centinelas del Sultán esperan haciendo una guardia rigorosa, estancan sus cuerpos y se transforman en estatuas de mármol .
Como cuarzo sus luminicencias actúan de faro en el oscuro universo.
Este es el sitio donde se halla el Sultán Kümarag

Elodio y Arcàpholus que en el trayecto cambió su color blanco a negro.
 Sus largas crines y la bella amazona de sedosos y largos cabellos rubios, se confunden en ese conjunto de bestia y gallardía primorosa.
Comienza  a modelarse un
cono en el espacio y a tomar un tamaño gigantesco.
La boca del cono comienza a expandirse y a ensanchar la abertura.
Son  fauces insaciable capaz de engullir sonidos, vibraciones y formaciones adulteradas del Cósmos.
Sin evitar este acontecimiento, Arcàpholus se abandona a esa caída.

Céfiros
También Javierus entra al embudo en su afán de seguir el rumbo de Elodio en esa vorágine de sucesos .

Los riesgos se manifiestan y Arcàpholus se aparta de la brecha abierta y con fuerza se introduce en por un lado más débil e impulsado por la ventisca saca su cuerpo e inclinada Elodio hacia adelante, le favorece todos los movimiento al córcel.
Todo va sucediendo y majestuosamente Elodio gira su rostro buscando a Javierus.
Ahora Elodio comienza la bajada y a una distancia exacta el proceso se detiene .
Todo observan lo fue sucediendo desde que se ausentaron de Venecia.
Ondas transmiten lo que sucedió y las imágenes,son tan claras como vívidas.
Aún desde tanta altura, la belleza de esa ciudad maravillosa, llena de mercaderes y bullicio.
Donde barcas con sus estandartes flamean en los muelles y esperan sus mercancias para continuar los viajes.
Y en instantes , con violencia las aguas subieron a una altura tan espantosa que empujaba y enredaba cuerpos y maderas con estrepitoso crujir.
Nada podía salvarse a tan salvaje fuerza de la naturaleza y ante la mirada de Elodio y Javierus 
todo se desmoronó y queda sumergida bajo un mar que continua invadiendo la tierra.
En este crítico momento en que la naturaleza es solo caos de horrores lanza con furiosa fuerza como una catapulta a Venecia hacia otra dimensión del Universo.
Ahora Venecia yace bajo las aguas pero también la misma Venecia yace hermosa en otro Universo.
Elodio con Arcàpholus desciende en el remolino de alaridos , cuerpos destrozados , miembros humanos , armas, se alzaban y caen en un mar de sangre y llega a las rocas que reconoció aún en medio de esa voraz tragedia , donde estuvo con su hijo.
Nada quedaba, solo el destrozo que ocasionó la tormenta en la faz de la tierra y que se eleva en el embudo.
En lo alto de una ola , visualizó a unos seres que se balanceaban y hacian ademanes y eso afianzó su búsqueda.
La hermosa Venecia ahora está en otra dimensión.
  
Elodio emprende ahora otra búsqueda.