Mundos sumergidos en mentiras

Mundos sumergidos en mentiras

viernes, 8 de noviembre de 2013

Conspiración y Espera...

El cuerpo del Sultán en una brutal y violenta tortura está en un crítico momento .
Casi al borde de la muerte espantosa que solo llega a vislumbrar la mente perversa de Oícaro.
 
Pero la siniestra persona del malvado personaje solo quiere prolongar hasta el último aliento y llevar la imágen del martirio  frente a Elodio y expulsará su ira blandiendo el cuerpo de Kümarag colgado en su galeón de uno de los palos de velamen.
 El  cuerpo colgado de los brazos con dos cadenas en cada pie y amarradas a una vieja ancla en la borda.
 Su rostro permanece en una actitud dimensional, divina.
En el poder de su mente, está la fuerza y esa energía es la imágen de su amantisima madre.
Sus ojos están entrecerrados.
Oícaro maltrata a un inocente y esa fiereza existe solo en los cobardes que ante la mansedumbre se torna aún más violenta.
Estas actitudes llegan al Cosmos a la perfecta ubicación desde donde se imparten oleajes de seres que admiten ser mensajeros de una sola verdad.
Es una poderosa riqueza que tiene vibraciones y sonidos y esos ricos presentes caen con potencia.
En otros niveles,  existen  fuerzas, que como ventarrones poderosos  bloquean las súplicas y el arrepentimiento.
Donde los seres que equivocan y distorsionan las leyes de la naturaleza cósmica caen en aflicciones y océanos de lágrimas y aún así no se les conceden gracias.
Se abre un vacio de inerte energía que es la verdadera muerte.
En esa oquedad, allí se encuentra lo que se denomina: La Muerte.
 Manos que suplican limosna y ellas sugieren que la vil fuerza del poder y codicia se encuentra en esa actitud mental.
Kümarag supera el nivel del dolor y su mente levita junto con su cuerpo sin que nadie percate este trance.
Horror y Sangre.


El cuerpo ensangrentado del joven Sultán es la imagen del dolor, sin lágrimas y en total quietud; su vestimenta que fué de brocado e hilos de oro, ahora son  jirones pero su esplendor no son sus ropajes sino su heroica resistencia.
El trofeo está preparado y la sangre bulle fresca.
Todo está a la espera de la aparición de Elodio. Espolean el cuerpo de Kümarag con pinches de hierro retorcido,como un juego entre la vil tripulación, clamando más abatimiento al  cuerpo torturado.
Para Oícaro es el emblema soberbio que en el muelle de su navío se despliega el símbolo alegórico de su triunfo.
Entre fiesta y regocijo el navío está cruzando la celestial dimensión y rechina al atravesar con sus navios averiados y desbastado por las iras.
Chirrian los navios y rompen barreras invisibles que arrollan embistiendo lo que fuere, incuestionable o velado.
Y se halla como un pedestal la sufriente imágen,como una estátua de blanco mármol; esa es la esfigie vívida del Sultán.
Ruines hombres, se encapuchan y con amplios mantos que cubren sus cuerpo, someten con más castigos; ensañados  descargan sus viles fracasos.
Oícaro de presencia robusta y encorvado, mezcla de vicios e instintos brutales, observa complacido. Desdeñoso, su solo propósito es colapsar los sueños de los seres vivos o de otras dimensiones.
Parte del rostro está quemado y a eso se le atribuye el uso continuo de la máscara de hierro.
Los galeones del siniestro ejército de Oícaro van desplazandose por las dimensiones,  con el cuerpo de Kümarag, izado como emblema de supremacía y dominación .
Sin embargo un interminable batallón celestial se forma como nubes sopladas por soles;  y un arco iris de magníficos e iridicentes tonalidades jamás imaginadas por la mente humana se extiende, agrandando sus terminales coloridas como serpientes voladoras.
Dominan todas las dimensiones y buscan espacios y vacios, vibraciones o sonidos.
Regurgitan lenguas de fuego y esos arcos se continuan deformando y embistiendo todo a su paso.

Oícaro llega a la carroza del galeón, lugar donde se reunen los importantes personajes de los navios, buscando la cabeza de su enemigo,confinado en un recipiente
  y le pregunta:
Dime encarnizado enemigo, donde está el dolor de Elodio escondido?
A lo que Rakabrül  le responde, - es lógico que en la sangre de su hijo...recolecta cuanta puedas en un recipiente transparente , una copa que con los rayos de los soles, los primas se cuantifiquen y eso atrae y debilitará su instinto y continua diciendo, el poder de toda mujer está en el instinto maternal pero tu tienes la llave para dejarla a Elodio , sin fuerzas.
Busca Oícaro la copa que está guardada para eventos especiales, es de cristal.
 Y sale a la borda.

Y Oícaro, llena la copa con cada gota de sangre que por el suplicio vierte el cuerpo de Kümarag.
La copa se llena y busca el malvado luces de soles distantes para que los primas del cristal centelleen en el espacio.
En su ávida locura, Oícaro olvida las experiencias adquiridas.

Vuelve a la carroza del galeón, Oícaro con la copa hasta el borde de la sangre.
Suspenso y agonía.
Sin distancias, sin tiempos, Elodio enfrenta un desolado planeta.
Venecia se halla bajo las aguas sin embargo...

Javierus toma a Elodio en sus brazos y le infunde calor y esperanza.
Acaricia sus cabellos y seca las lágrimas con el pliegue de su capa.
Han detonado sonidos. Es la llegada de un ejercito de almas;  y a Elodio se le entrega un pergamino con los datos de la ubicación de su hijo.
Son esas tempestades que ocasiona el Universo, que transportan espiritus iluminados con mensajes. En un pergamino con lacre, está la exacta ubicación de su hijo.
Le es entregado en sus manos, ahora su rostro  resplandece con brillante de emoción.
Javierus le besa los sedosos y rubios cabellos.
Pero ahora ella debe tomar una drástica resolución.
Esos océanos que enfurecidos en tormentas que no tienen dirección en su oleaje, hay pueblos, civilizaciones, bajo la profundidad donde ella debe descender.
Aún se hallan despojos humanos y las fuerzas del oleaje las reparte por doquier. 
El inmenso poder de la naturaleza, deja solo ruinas de lo que fueron en otro tiempo, ambiciones.
Elodio se introduce el el enfurecido océano, buscando en su memoria, hechos vividos en Venecia.
Columnas sumergidas, estatuas , palacios hundidos entre rocas y algas.
Elodio busca una premisa y su mente está en la búsqueda de quién  estuvo en la prisión y le dejo frases con profundo contenido . Bracea bajo las aguas y se introduce en el palacio del duque y sus brazos se mueven siguiendo la dirección de la escalera . Fué cuando la llevaron a la prisión y fué torturada.
Ella enfurecida logro ver un anciano cuyas piernas eran largas raices que se extendian hacia longitudes interminables.
Recorre con atencion, mientras nada con ese encanto que solo una sirena tiene.
Llega a la prisión y a la camara de tortura.
Los elementos que se empleaban para las torturas aparecen aferrados a los corales y rocas, formando piezas en una sola masa.
Hace el recorrido exacto y en su mente está la imagen del anciano

Ahora hay una Conspiración.

En breves dias, otro capítulo de :

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pueden hacer comentarios , si asi lo desean.
Agradecida por vuestra atencion
Eloisaodiosa